miércoles, 24 de diciembre de 2008

Pacientes Basados en la Evidencia

Estimado paciente:

¿Sabe usted si el tratamiento que se le ha aplicado o la prueba a la que se le ha sometido es realmente efectiva?, ¿sabe si las ventajas de dicho procedimiento superan sus riesgos?, ¿sabe si existe alguna contraindicación, interacción o efecto secundario a la hora de aplicárselo?, ¿sabe si se trata de la opción terapéutica y/o diagnóstica más indicada para su caso en concreto?, ¿sabe si el dinero que cuesta dicho procedimiento podría haberse invertido en un tratamiento más efectivo y menos perjudicial para usted?, ¿ha podido usted sufrir un retraso en su diagnóstico o tratamiento por recibir una atención incorrecta previamente? y lo que es más importante ¿la persona a la que confía su salud conoce realmente la respuesta a las anteriores preguntas?

Todas estas cuestiones y algunas más son las que trata de contestar desde hace algunos años la llamada MEDICINA BASADA en la EVIDENCIA (MBE). Pero... ¿qué es exactamente la MBE?:

La MBE es la forma de ejercer la Medicina basándose en la mejor evidencia científica disponible respecto a un acto médico determinado. Básicamente la MBE viene a apoyar una regla no escrita de la Medicina que dice "todo lo que no está indicado, está contraindicado". Ahora bien, ¿cómo acceder a dicha evidencia?, ¿cómo saber la auténtica verdad tras cada acto terapéutico y/o diagnóstico?

Hoy en día el acceso a la información está al alcance de todo el mundo a través de Internet, y cualquier persona puede formular su pregunta a través de Google sin ir más lejos. La respuesta es inmediata, desplegándose miles de entradas relativas a la duda del paciente. Sin embargo sólo una mínima porción de dicha información esta BASADA EN HECHOS CONTRASTADOS, y para colmo las fuentes fiables disponibles suelen tener un acceso restringido para el público general.

Nos encontramos con un caldo de cultivo peligroso para la salud del paciente, a saber: una duda respecto a algo tan serio como la salud, la dificultad para acceder a profesionales médicos especializados en el problema del paciente, la existencia de una fuente infinita e inmediata de información llamada Internet, y por último la proliferación de terapias infalibles y métodos exóticos sin ningún tipo de control.

El resultado más frecuente es que el paciente invierta inconscientemente el orden en que debería afrontar su problema de salud: en lugar de acudir al profesional médico correspondiente para recibir información y/o tratamiento fiable, lo primero que suele hacer es "preguntar a Internet" (o en su defecto a "alguien de confianza" al que se supone cualificado para hacer las veces de médico especialista).

Las preguntas que he lanzado al principio se aplican tanto a grandes cuestiones ("¿es este el mejor tratamiento para un cáncer como el mío?", "mejorarán estas hierbas mi esperanza de vida?") como pequeñas ("¿es esta dieta la más indicada para mí?", "¿este tipo de ejercicio es beneficioso para mi columna?") ya que cuando hablamos de salud lo único que cuenta es NO JUGAR CON ELLA, a no ser que tengamos las cartas ganadoras. Y estas últimas, salvo contadas excepciones, se encuentran en la baraja de la MBE.

Pensando precisamente en usted, el paciente, he creado esta entrada; y con el mismo nombre (PACIENTES BASADOS EN LA EVIDENCIA) he creado una lista de enlaces a páginas de información sobre la salud, todas ellas basadas en el conocimiento científico actual y fiables (cuentan con certificaciones que así lo acreditan). Es una pequeña contribución para poner a su alcance esa evidencia tan necesaria cuando hablamos de salud.

Sin embargo, aún teniendo la evidencia en la mano es necesario saber interpretarla por lo que la recomendación más acertada es: CONSULTE A SU MÉDICO antes de tomar cualquier decisión.

Por supuesto, quedo a su disposición para cualquier duda respecto a sus problemas relacionados con el campo de la Rehabilitación Médica, y las no siempre deseables Terapias Alternativas y Complementarias. Pueden remitirme sus dudas a través del siguiente correo electrónico:


Un afectuoso saludo.

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